martes, 3 de noviembre de 2009

Esperarte

Hace aproximadamente unas cuantas horas te soñé por última vez, es que hace unos días te sentí otra vez, de noche y bajo una luna, sin paraíso, ni mar cristalino, con tu aroma a montaña, y sin años que nos distanciaran. Solo eras vos, y yo como nunca fui yo. Me lo pediste y retrocedí, avanzaste y no hubo nada de mi que quisiese resistir. La voltereta de un par de marionetas que resultan estar anexas a la casualidad, a las miradas que van, y al silencio que nos vuelve a acercar. Es raro para poderlo explicar, es extraño como dijiste y quizás sea mejor ni quererlo descifrar, dejemos casi todo a la causalidad, si dije causalidad y sabes porque, y casi todo, porque lo que faltan lo dictan las almas, lo que resta ya no es nada, y lo que somos ya lo es todo.
Quisiera que estés acá, quisiera la vida y mucho mas, pero ayer justo comprendí que quiero estar, que solo estar es mas puro, y un bueno comienzo para comprender a quien se ama, para empezarse a amar. Que no preciso papeles ni ese compromiso si lo comparo a tu beso o simplemente a caminar, a esa mirada fija y palabras que desean volar, porque el anillo es quizás lo que se da, quizás el rótulo o la etiqueta que ahora no queremos dar.
La compañía se simplifica en estar, el amor puede llegar, hay días en que dicen que todo es cuestión de esperar.