viernes, 8 de abril de 2011

si, se llama decepción

Tras uno, dos o tres pasos cae y se vuelve a notar lastimado, es que no existe motivo por no estarlo, sangra de una manera cruel, gime de dolor y se pregunta que tan desafortunado se puede ser una y otra vez. seco sus lágrimas con consejos, lo envuelvo en abrazos y lloro con él, porque anhelo mucho verlo feliz, y sentirme feliz con él. Que tan extraño y tan imposible puede ser esto? cuanto duele tu engaño o cuanto duele tu mentira?, si es que no miro tu verdad a los ojos, te comento que duele el triple que morir es poco y que sin quererlo diste justo en el blanco, fin. Apuntaste con dulzura, besaste con misterio y confusión, pero hoy disparaste con ese miedo que te caracteriza y el dolor me lo quedo yo. Como una vez ocurrió, en el camino hay un solo barado, y las palabras inventadas para rellenar momentos, o para pedir disculpas, no poseen sinceridad, por lo menos la tuya ya no existe, y entre tus cosas cuento las buenas, tus atributos, pero ahora cuento lo que siento, y dejame decirte que es mucho mas de lo que esperaba. Me llegaste al parecer, pero yo no pude ni siquiera en el rol de buena persona, evitar tu mentira y digiero tu decepción por eso con algo fuerte en el pecho disculpa que lo diga, pero conmigo no, no lo merecía. Quizás porque nos falto tiempo, o sobraron ganas, o quizás falto de todo un poco, lo cierto que hoy lo veo herido nuevamente, y me duele sentirlo así porque presiona y rueda por las paredes de mi pecho buscando mi consuelo racional y yo ya no puedo, ni con él ni conmigo misma, nos duele a ambos. Antes de evitar ir de frente y quebrar la voz, podría decir que en algún rincón, no lo esperaba de vos.

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