Incontables y fugaces y ayer oí decir a alguien, que corazón que no muere aún late, y te digo a gritos que preferiría verlo muerto, si eso hace que tape tus ojos dulces y brillosos, si eso te trae de vuelta prefiero enterrarlo por mi misma, y me saco toda prenda que se baño de tanto, hoy dolor y ayer pasión, remera, pantalón, y bufanda no hubo mas frió, y sé bien que algo esa noche entre tus brazos se perdió, se fue, y dijimos mucho porque pensamos poco, el miedo tuyo se quebró con mi miedo, y tu beso conoció el mió, larga travesía que amé disfrutar, e inseparable sensación de que por días y días te voy a amar un poco mas, te voy a extrañar y mas allá de todo, vos en mi tenes tu lugar. Muerto o vivo, enterrado o pasando por tu casa no olvides que creaste y pusiste en venta, y antes de todo juntos le dimos la despedida a tu lugar, en mi corazón, en mis labios, en tu dulce sabor, y en la piel que hablo cuando tu mirada con la mía se conoció.
No consigo decir adiós, no confundo prosa, pero para mi vivís en cada canción, vivís en cada segundo, y llego el punto en el que viviste mas que yo, muerta para vos, enterrada sé que no, si me acerco y no hay centímetro de separación, todo fluye y todo vuelve, ahí donde todo empezó, pero aún sigo viva creo yo, aún late mi corazón y aunque te ame, procurare olvidar y dejarlo para nuestra inolvidable estación.