sábado, 4 de abril de 2009

Cena, luna, y sin velas

Y estamos sentados uno frente al otro, la distancia que conlleva mirarte, la mesa de madera que podría ser de cualquier material y edad, pasa a impedirnos acercarnos como quisiéramos, esas copas que brillan y se bañan de vino, para vos tinto, para mi blanco, para vos un mundo, y para mi un universo, lo que falta para que desaparezca el intermediario, ese maldito tiempo nefasto que todos ven y nosotros no vemos, lo ignoramos, y esa escrito que pasa de ser percibido, nadie lo toma en cuenta si esta enamorado, nadie le pone nombre a lo que sentimos, si vivimos para sentirlo, y nadie nos trae la carta y estamos a punto de huir hacía tu auto, tanta intro a lo tiene un desenlace divino, tanta comida, y charla que llevamos a otro lado, y tanto postre y copa sedienta, porque se asemeja a nuestra sed, y querer irnos es poco, querer hablar bajo un árbol, así vestido, si si, y me da gracia, pero ambos como muñequitos, sin notar que no nos gustamos así, nos acariciamos con solo vernos, y nos apreciamos con solo un acto de parpadear, y no toma mucho tiempo, porque los segundo se van, y las hora con vos, ni existen, y llego el mozo con presencia y aguarda nuestro pedido, los dos, nos miramos y amo tu mirada y picardía, amo leerte y sos mi libro preferido, amo tu fragancia y espero que este pobre hombre que ve como nos tentamos, se vaya, y nos deje, de una vez, todos nos dejen. Con tu cortesía y palabrerio hermoso, pedís no molestarlo, y disculpas en tu boca, suena con mi perdón inmediato, y tomamos café, Ya sin nadie cerca, y una música clásica en vivo, nos paramos, la noche se vuelve oscura, y alguien ha dicho que disfrutarla no es pecado, y besar la luna si te beso a vos primero es un sueño hecho realidad, y nos vamos, saco, cartera, y tapado, llaves del auto, y en marcha, allá queda desdibujado un panorama, armonioso, que nos llevo horas decidirnos y participar o no, y mi amor seamos sinceros, la naturaleza es lo nuestro, que hubiese preferido una gaseosa gasificada, y a vos toda mi vida, y son centavos, lo que vale esa cena elegante que preparaste, y son toneladas de oro, y mi vida, la que daría por estar con vos, no segundos, no minutos, ni siquiera horas, toda mi vida.
Para leerte, adivinarte, y soñarte, para que haya algo nuevo en cada instante para que nada suene monótono, y para que cada beso sea el primero, y cada sensación de fundirnos uno en el otro, se repita, no ahora, no mañana, para siempre.
Ahora cerca de este rió, y ahora mas cerca que nunca, lo respiramos y el aire es todos nuestro, lo vivimos y el momento tiene nuestros nombres, no nos miramos, pero nos besamos, que conocernos se manifiesta y es un manifiesto que amo, es una rutina, que adoro y que me encantes, con ese hechizo, me hace desearlo cada mañana, para volver y comenzar otra vez, como esa primera vez.

1 comentario:

TORO SALVAJE dijo...

Una noche magnífica.
Vendrán muchas más.

Seguro.

Besos.