Días

Con muchas ansias en sus tibias manos decide salir a recorrer ese jardín, allí Clara recuerda que un día fue feliz, ese amanecer brillo y la ilumino, sabio fue quien le dijo que los días son y tu corazón latería mil veces en ellos, así con gran emoción recorrió cada latido y lo sintió, palmo la brisa con sus manos y vivió cada sensación, la pronfundidad de jugar en la tierra y el color y pureza de una tierra nueva día a día la sorprende, es que su paraíso crece, y nuevo aire florece, que mayor placer que verte feliz, y ver que esa sequía en tus ojos se instalo, ninguna gota mas que de la regadera cayó, mi fiel sentir sos pequeña luz que de flores lleno, mi parcela de campesino austero y pobre pero con mucho amor para soplar tus antiguos ojos de tormenta y desazón, y ese campo donde giraba el yuyo crecido y HOY nadie mas q vos tiene voz para gritarle al mundo que existo y me acaricias con tus pequeños dedos que le agradan a mis poros que te respirar cuando decís que dulce sos, es que acercarte se asemeja a tu arte, tu presencia me enamora porque esa boca itinerante, sabe como hablarme, y con paciencia rosarme. Clara sabe como calmarme, sus flores amarillas son el perfume que decora la casa donde habito, pero su aroma es el perfume que da vida a todas mis mañanas, es que entre sabanas te explico que no somos nada, solo somos, y crecemos como esos yuyos caídos que ya son arboles que liberan nuestro aire, y al respirarlo digo es tu aire tan agradable, te doy mil gracias por recoger esa planta y revivirla, te doy mil besos por cada suspiro que me provocas por cada mimo y esa boca que sin razón se rosa, y regalarme ese jardín tan preciado, donde viviría recostado, esos amaneceres y ocasos tan preciados, el crepúsculo murió y revivió, y en la oscuridad entre hojas nos tapo, un árbol fue el amante mas servidor, servicial diría yo mi amor, que como otoño dejo caer sus hojas mientras los dos nos olvidabamos del mundo y el alrededor, y dábamos paso al amor...