En mí

Son eternos y sin fin, los que cuentan y callan
Y son miles e infinitos los que hieren y matan,
Pero cuantos son lo que endulzan y aman?
Cuantas lágrimas, y mañanas, brillarán, y migraran por desear así no morir y vivir, por horas
Increíbles bellas horas
Te cree un mundo y lo dibuje y coloree para que se destiña aquel toque aburrido, que susurraste que era un completo martirio, y hoy te vas
Y hoy te alejas, pero hacía algún lado de iras, y con la palma abierta y sin sintaxis de momentos tragare aquel nudo y despidiere un adiós. Te convertís en cinco palabras, pero significaste la luz, pero me toca a mi ahora, no creer en una oscuridad.
Hacía lo lejos se combina un verde, y la paleta labura sola, los pinceles son MIS marionetas y los trozos de papel, son simple papel y no mas leña, que no hay mas fuego posible. Los juegos de mesas se tornan imposibles, y si haces truco no juego, si haces trampa te miro de lejos, porque se dice que hay solo dos dados y yo dentro del vaso veo mucho sueño y relajo, junto paciencia y aguardo, juntos cautela y no te amo.
Vos juga y yo no finjo, pero no te veo mas. Lo prometo todo y cumplo a mi pie de la letra, que un sabio me dijo un día que sea obediente que lo que hiere no sirve para ver tierra firme, que si elijo vivo, y si me resigno soy aberrante en mi propia elección de sufrir, si quiero que lo tornes gris, lo vas a volver negro, y opto por dejarlo, y soñar en rosa, no me agrada, que no es ideal, pero quizás se vuelva verde, ahí si que queda bien.
Si lo notas es de ese color que tanto soñé, eso que me prometiste que volvería a ver, te agradezco por darme la ultima dosis de ese atardecer, con césped verde y bichos amistosos, y rastros sobre las prendas, y de todo un poco, ahora es mi turno de reencontrarme y paso, paso, y llego a allá, a ese lugar donde tiene un final, pero es verde y sabes y sé que me agrada colorear todo a su voluntad.